¿Por qué deberías verla y por qué no?, en palabras de nuestro especialista Flecha Lástrico.
Tras las denostadas y taquilleras serie de películas dirigidas/producidas por Michael Bay y Steven Spielberg, con el agotamiento de la historia en la quinta película, llega la séptima de “Transformers – El desastre de las bestias” y la primera después de cinco años de pausa desde la secuela de Bumblebee del 2018. Significa un regreso contundente y divertido.
La aparición de los Maximals le aporta una gran novedad. Estos transformes, que hicieron su debut en una serie de 1996, tienen aquí un aspecto y una sorpresa que serán festejados por todos. Un gorila, un halcón, un rinoceronte y un chita imponentes y queribles vienen a ponerle toda la atracción a los conocidos robots autos. Todos unidos trataran de vencer una amenaza terrible de parte de Unicron, grande como un planeta y voraz con cada uno de ellos, que tiene su ejército de terracons.
La historia tiene cinco guionistas que en realidad armaron un hilo argumental como excusa para tanta acción robótica y esperable, con un poquito de humor, lealtad, sacrificio y venganza. El otro ingrediente importante es la aparición de una pareja de humanos, un exsoldado con muchas necesidades económicas que no consigue trabajo y casi se convierte en ladrón, y una arqueóloga apasionada y no reconocida que descubre un elemento fundamental para buenos y malos que se esconde en una suerte de halcón maltes.
La química de Domenique Fishback y Anthony Ramos es buena, y es especial la transformación del muchachito a medida que avanza la historia. Todo servido para una diversión pochoclera, infalible, que transforma también a los adultos en niños deseosos de jugar con esos robots tan metálicos y poderosos como queribles.
CALIFICACIÓN: ↗️↗️↗️↗️