¿Por qué deberías verla y por qué no?, en palabras de nuestro especialista Flecha Lástrico.
“El hijo” es un filme que te pone en dos lugares de la vida: como hijo y como padre. Un drama desgarrador, una patada que te sacuda el alma y el corazón.
Aquí el dramaturgo y director Florian Zeller continúa con su trilogía sobre la salud mental. Pero así como en “El Padre” existían escenas estremecedoras pero cohabitaban con un humor que permitían cierto escape al drama, aquí en el tema de la depresión profunda de un adolescente eso no ocurre. Se repite el efecto demoledor en la estructura familiar cuando un miembro padece un mal casi sin remedio.
En este caso, un hombre divorciado, en la cumbre de su carrera profesional y casado por segunda vez con un bebe recién nacido, debe afrontar lo que le ocurre a su hijo adolescente. Primero con la ilusión de ayudarlo fácilmente, y luego con un terrible camino de recuerdos que le hacen transitar dolores y recuerdos que permanecían tapados con tanto éxito laboral.
Aunque no se lleva el título, el mejor personaje por su complejidad y el talento que despliega es Hugh Jackman, el más rico y conmovedor. Interpretar el derrumbe de un mundo perfecto, codearse con el poder, el amor por su joven mujer y pequeño niño, su aparente optimismo a toda prueba, es disfrutable y por su papel fue nominado al Golden Globe.
Con un personaje con pocos matices, el joven Zen McGrath le saca provecho a su rol, un chico desenganchado de la realidad y alejado de la emoción. Laura Dern vuelve a demostrar que es una grande y de las mejores de su generación, que puede con cualquier género. Anthony Hopkins encarna a un ser brutal y brilla en su pequeña intervención como lo hacen los grandes.
En los rubros técnicos, destaca la minimalista música de Hans Zimmer, en un trabajo intimista y desolador.
CALIFICACIÓN: ↗️↗️↗️↗️↗️