El albañil que es hijo de un empresario millonario: “Yo no pude tener la vida que tuvieron mis hermanos de sangre”

Marcelo Urbano habló con la Super Mañana de la Suquía.

Marcelo Urbano es un albañil de 58 años que hace changas y, después de mucho luchar, finalmente logró identificar quién era su padre biológico: se trata de un reconocido empresario que tiene viñedos en Mendoza. Pese a las pruebas de ADN, el hombre sigue negando el vínculo.

Ahora me llamo Marcelo Urbano Lapania. Así lo determinó la Justicia. Ya soy heredero de esta persona, y le inicié un juicio civil por daño moral y falta de oportunidades, porque yo no pude estudiar ni tener la vida que tuvieron mis hermanos de sangre”, dijo Marcelo, quien inició una demanda por más de 100 millones de pesos, a Lalo Freyre en la Super Mañana de la Suquía.

Es importante que muchos se entere, porque hay muchos que están en mi situación, son negados y no pueden reconocer su origen. Yo tenía 21 años cuando me enteré quién era. Tuve un encuentro con este señor, quien siempre negó ser mi padre y la existencia de mi madre. En ese momento yo era joven y orgulloso, y me enojé“, comenzó.

Con los años, se casó y tuvo hijos: “Ellos me preguntaban de quién era hijo y yo tuve que contarles, es su derecho. Entonces empezamos los procesos legales“.

La historia

Cuando mi madre estaba a punto de fallecer, estaba lúcida y me volvió a contar toda la historia. Ella estaba internada en un colegio de monjas y el padre la sacó para irse a Buenos Aires, porque estaba casado con otra mujer. Entonces, la dejó como empleada cama adentro en la casa de los padres de Eduardo Lapania“, contó.

Luego, dijo: “Después de una noche de festejo en Navidad, mi madre estaba en su habitación y este hombre ingresó y tuvieron relaciones sexuales no consentidas. Luego de eso, ella hizo el planteo y la echaron del trabajo. Cuando yo nací, volvió a la casa y la familia quiso quedarse conmigo y que ella se fuera“.

Mi madre, que era jovencita y estaba sola en la vida, me llevó con su madre a un paraje que se llama Pozo Viejo Adentro, un lugar muy pobre. No había agua ni baño, eran ranchos de ramas. Ahí crecí“, relató.

El primer encuentro

Sobre la primera vez que se juntaron cara a cara, contó: “A los 21, me junté por primera vez con él en un bar. Fue una decepción total, porque fue totalmente negativo conmigo. Me ignoró y me dijo que yo no quería conocer a mi padre sino que quería dinero. A mis hermanos sólo los conozco por fotos, nunca tuve contacto con ellos. Yo creo que no conocían esta historia“.

Yo tuve que acudir a los medios, porque este hombre me sigue negando a pesar de que tengo una sentencia firme de que soy su hijo“, sentenció.

Yo no quiero que me de cariño a mi, quiero que tenga la dignidad de sentarse con sus nietos y conocerlos“, cerró.