El sujeto se encontraba detenido preventivamente en un Cuartel de Bomberos de la capital de Tucumán.
Un exguardiacárcel condenado la semana pasada a prisión perpetua por el femicidio de su expareja y el crimen de su hijo, asesinados en 2016 y cuyos cuerpos no fueron aún hallados, se fugó del Cuartel de Bomberos de la capital de Tucumán donde se encontraba detenido en forma preventiva, informaron hoy fuentes judiciales.
A raíz de la evasión, el Ministerio de Seguridad tucumano dispuso esta tarde el pase a disponibilidad de los policías que debían custodiar al ahora prófugo Roberto Rejas, quien estaba preso por matar a Milagros Avellaneda (26) y Benicio (2).
“Hemos dispuesto que todo el personal vinculado a la guardia en el cuartel de Bomberos pase a disponibilidad con las consecuencias que eso tiene respecto a los eventuales implicados”, sostuvo el titular de dicha cartera, Claudio Maley, luego de reunirse con el vicegobernador a cargo del Poder Ejecutivo, Osvaldo Jaldo
El ministro de Seguridad tucumano indicó que estos policías “quedarán a disposición de la Justicia para ser imputados eventualmente en el marco de esta causa”.
Respecto de la fuga, Maley explicó que, por orden del Ministerio Público Fiscal (MPF), el Equipo de Investigación Científica (ECIF) trabajó anoche “en la búsqueda de rastros, huellas, inspección ocular y el secuestro de los celulares del personal que estaba prestando servicio en el cuartel de Bomberos”.
El ministro señaló que otra de las medidas dispuestas para recapturar a Rejas “es el despliegue territorial, con comunicación con las Policías de las provincias vecinas y las fuerzas federales, además de reforzar los controles fronterizos”.
Por último, Maley consideró que el Cuartel de Bombero “no es un lugar de alojamiento para detenidos, pero la Policía tuvo que cumplir con el traslado del condenado a esta unidad por una decisión judicial para su alojamiento; no obstante, debía asegurarse el resguardo y cuidado de la persona, y evitar que suceda la fuga”.
Según las fuentes judiciales, la evasión se produjo cerca de las 21.30 de anoche cuando Rejas solicitó a un guardia permiso para ir al baño ubicado en el primer piso del mencionado cuartel, ya que tenía intenciones de tomar una ducha.
Pero al advertir que se demoraba más de lo permitido, un custodio ingresó para ver qué sucedía y se dio cuenta de que el condenado había escapado por una ventana.
Los investigadores sostienen la hipótesis de que Rejas había planeado la fuga con anticipación tras recibir ayer la visita de tres hombres y que por la noche un auto lo esperó estacionado sobre calle hacia la cual daba la ventana por la que saltó, a bordo del cual huyó.
Hasta el momento no se identificó al guardia que se encontraba a cargo de la custodia del detenido, al tiempo que la justicia alertó al personal de seguridad dispuesto en los pasos fronterizos que controle todos los vehículos que salgan de la provincia con el objetivo de hallar a Rejas.
Por otro lado, la organización Ni Una Menos Tucumán se concentró esta mañana junto a Amalia Ojeda, madre de Milagros, en la puerta de los tribunales penales en reclamo por la fuga de Rejas y pidieron la renuncia del ministro Maley.
“Rejas no se escapó, le abrieron la puerta, hubo plata ahí”, sostuvo Ojeda, quien exigió la “detención para la guardia” que estaba a cargo de la custodia.
Mientras que Silvia Furque, abogada de la familia de las víctimas, opinó que “la cúpula policial es responsable” de la fuga del condenado y sostuvo que el jefe de Policía Manuel Bernachi “debería haber ordenado el traslado inmediato de Rejas a la cárcel de Villa Urquiza”.
En tanto, ayer por la mañana, Ojeda realizó una denuncia por amenazas en la comisara 11ra. en la que aseguró haber sido interceptada en la calle por dos jóvenes que le dijeron “vieja de mierda cerrá la boca porque te vamos a matar, dejá de hacer quilombo”.
El 22 de septiembre pasado, a cinco años del doble crimen Milagros y Benicio, Rejas fue condenado a prisión perpetua por los delitos de “homicidio agravado por violencia de género y alevosía”, y quedó con prisión preventiva por seis meses hasta que la sentencia quede firme.
El fallo de primera instancia aclaró que si el condenado decidiera aportar datos acerca de dónde se encuentran los cuerpos de la mujer y el niño, se reconsiderará la pena impuesta.
De acuerdo con la investigación del caso, Milagros y Benicio fueron vistos por última vez el 28 de octubre de 2016 cuando salieron de su casa, ubicada en el Barrio Lola Mora, de la capital tucumana, donde ambos vivían junto a otro hijo de la mujer y a Ojeda, abuela de los niños.
Según se determinó en la causa, madre e hijo estuvieron en la zona del Parque 9 de Julio a bordo del auto de Rejas, a quien la mujer le reclamaba que reconociera al niño como propio.
En ese momento, Milagros le envió mensajes a una amiga, en los que le manifestaba que Rejas la estaba golpeando.
Esa fue la última actividad que se registró en el celular de la joven, quien al igual que el niño perdió desde ese día contacto con todos sus allegados.
Para los investigadores fue en ese momento en el que el ahora condenado los asesinó e hizo desaparecer los cuerpos.
De la pesquisa surgió que también ese día Rejas apagó su celular y lo prendió siete horas más tarde.
En el marco de la investigación, la justicia realizó allanamientos en la casa de Rejas y en su vehículo, donde se encontraron machas de sangre, que el hombre dijo que pertenecían a un chancho.
Sin embargo, las pruebas realizadas dieron positivo en sangre humana, aunque como la cadena de ADN estaba incompleta no se pudo determinar con certeza a quién pertenecía.
Otro elemento que resultó importante fueron los peritajes al teléfono de Rejas que revelaron que horas después de la desaparición de Milagros y su hijo el hombre buscó en Google desde su celular la frase “descomposición rápida de cadáver”.