Creada originalmente para alojar hasta un máximo de 200 personas, familiares y abogados de los detenidos calculan que actualmente se hacinan allí unas 700 personas. El recuerdo de Edgar Moreno de su paso por allí.
La reciente muerte de un interno en la Unidad de Contención del Aprehendido (UCA), en barrio Cáceres, que provocó este lunes un principio de motín, desató además una ola de cuestionamientos sobre las condiciones en las que mantienen a los internos que ingresan a ese lugar, muchos de los cuales pueden ser inocentes, toda vez que se trata del recinto donde se aloja a los recién detenidos que esperan allí ser traslados al penal de Bouwer o, en el mejor de los casos, liberados.
Los que pasaron por allí cuentan que es lo más parecido al infierno y si bien desde la Policía y la Justicia le cambian el nombre y le dicen Unidad Penitenciaria 9, UP9 o La Alcaidía, esa cuestión de nomenclatura no le cambia la situación a los internos y a sus familiares, quienes le siguen llamando UCA, una palabra de tres letras que suena tan seca y dura como el sentimiento que parece despertar el sitio.
“Retroceso a un estado salvaje”
Hace poco, publicamos una extensa entrevista al Negro Edgar Moreno quien, entre otros recuerdos sobre su suplicio tras ser detenido en la causa que investiga supuestas irregularidades con una moneda virtual, nos contó que su paso por la UCA fue la peor parte de esta triste experiencia que le toca vivir y la sintetizó con una frase durísima: “Es un retroceso a un estado salvaje”.
Moreno lo recordaba así: “Mi primer lugar de detención, o alojamiento, aunque de alojamiento tiene poco, fue la UCA, que quiere decir Unidad de Contención del Aprehendido. Nombre pretencioso, la Contención imagino tiene un sentido social, pero quienes le pusieron ese nombre no imaginaron que la contención, en este caso, es más bien un envase comprimido de personas denigradas, oprimidas, cuerpos sin espíritu. El covid ya se cobró varias vidas de personas inocentes como resultado del hacinamiento que hay en la UCA”, contaba Moreno.
El Negro agregaba entonces que “la Uca es el rito de iniciación que te habilita el ingreso a Bouwer, el número de personas por celda varía, pero siempre sobrepasa el doble de su capacidad. En algunos momentos llegan a triplicar la capacidad, tenés que dormir por turno, en el piso o parado, donde tu suerte o tu cuerpo resista”.
Moreno agrega que, por suerte, al menos cuando estuvo allí era verano: “El agua fría de las duchas es un baño de realidad, das gracias de que no sea julio o agosto. Los compañeros de celda con experiencia te recomiendan que tu abogado pida urgente el traslado a Bouwer, donde las condiciones son mejores. Pero eso lleva tiempo, pasan los días y no te indagan; la incógnita de tu detención sigue vigente, una comunicación diaria con tus familiares te mantiene vivo y la visita de tu abogado es una esperanza”.
“La UCA es un depósito de personas _Nos contaba Edgar_, ahí sentís toda la presión del Estado: espacios fríos, llenos y vacíos al mismo tiempo, oscuros, fríos e impersonales. Los olores son una mezcla de limpio y sucio, la lavandina relaciona limpieza, una limpieza mezclada con humanidad, sudor, grasa, tufo, es una conjunción que te llega a lo más profundo de tu ser. La comida es solo para cumplir con la obligación de mantenerte vivo, te olvidas de tus gustos, de tus pretensiones, de la higiene. Es un retroceso a un estado salvaje donde te alimentas como puedas y con lo que hay. En este lugar todos se olvidaron del principio de Inocencia, ningún ser humano sensible puede mandar a ese depósito abandonado y arruinado a un ser humano ¡Olvídate si sos inocente o culpable! Como periodista, me siento egoísta de no haber advertido esta realidad”.
Capacidad sobrepasada
Ubicada en calle Belgrano al 1700, en barrio Cáceres, la Unidad de Contención del Aprehendido, tal como está ahora, fue inaugurada el 21 de diciembre de 2012, durante la gestión de los entonces ministros de Seguridad, Alejo Paredes, y de Justicia y Derechos Humanos, Graciela Chayep.
Tiene una superficie total de 14.184 metros cuadrados, de los cuales 3.750 corresponden a la superficie cubierta, donde originalmente se pensaba alojar hasta un máximo de 200 detenidos. Para los abogados defensores y los que visitan allí a sus familiares detenidos, en la actualidad debe haber allí unos 700 u 800 presos, lo que implica casi cuadruplicar esa previsión.
“A este lugar lo hemos refuncionalizado completamente y adecuado para un correcto alojamiento respetando no solo la legislación sino los derechos humanos”, aseguró la entonces ministra Chayep al habilitarlo hace casi nueve años.
En el reporte oficial sobre el establecimiento, se indicaba: “El edificio cuenta con una capacidad total de 200 plazas distribuidas en 28 celdas, dos salones de alojamiento común, un sector de mujeres, un sector para incomunicados. Mientras que para la distribución de las celdas se construyeron cuatro pabellones: uno de 150 plazas con celdas comunes; un sector de alojamiento común (Pabellón Azul) con 25 plazas y un sector de alojamiento común (Pabellón Naranja) con otras 25”.
“La celda donde está mi cliente es para 14 personas y hay actualmente 44 detenidos, es decir más de tres veces su capacidad”, se quejaba este lunes un abogado defensor.