Sector inmobiliario: “El modelo que defienden los colegios no funciona en ningún país”

El paradigma tradicional comienza a crujir. Ideas innovadoras desafían la visión de las actuales dirigencias. Críticas, propuestas y un nuevo rumbo para el sector.

Una nueva generación de profesionales, inspirada en la cultura emprendedora y el trabajo colaborativo, está cobrando cada vez más fuerza en el sector inmobiliario. La mayoría son jóvenes recién recibidos a los que les resulta muy difícil insertarse en el mercado de trabajo. Paradójicamente, el principal obstáculo que ven para poder desarrollarse en su profesión son las ideas limitantes que se imponen desde los colegios del rubro.

Hace años que la dirigencia inmobiliaria es criticada por su incapacidad de ofrecer soluciones a diferentes problemáticas que reclaman los martilleros. Esta falta de reacción explica, en parte, el surgimiento de un movimiento de emprendedores que desafía con nuevas ideas y proyectos el estancamiento del sector.

Uno de los referentes de esta nueva generación es Facundo Nobile y su proyecto completamente online. Formado en la inmobiliaria de barrio de su padre, vio en los tiempos de la pandemia el momento ideal para lanzarse al mercado con una propuesta disruptiva.

Su principal motivación, según contó en el programa “Jornadas Inmobiliarias” que conduce Marcelo Ponce, fue demostrar que “el paradigma que dice que si una inmobiliaria no publica sus propiedades en los portales no vende está empezando a cambiar“.

Lo primero que hizo fue sacar sus propiedades de las plataformas de buscadores. Luego se dedicó a alimentar sus redes sociales virtuales con contenidos propios: información práctica, transparente y útil para el cliente. Para el emprendedor, “esto crece en base a las relaciones, entonces te tienen que importar las personas y no cargar una propiedad en los portales“.

Marcelo Ponce, que además de conductor es martillero con larga trayectoria en el sector, comparte algunas de las observaciones del emprendedor y coincide en que “es preferible gastar plata comiendo con tus clientes que pagarle a los portales“.

Nobile lleva su oficina en la mano y vende propiedades por Instagram. Conoce cara a cara a todos sus clientes y mantiene un vínculo constante con ellos y con sus colegas. “No entiendo otra manera de hacerlo y creo que hoy el que no comparte no es profesional“, sostiene el emprendedor.

Ponce también reconoce que los martilleros y corredores recién recibidos “no tienen donde trabajar” y apunta directamente a la dirigencia: “A los colegios no se les cae una sola idea” para resolver la cuestión y “ni siquiera se les ocurrió hacer una bolsa de trabajo” o estudiar “la posibilidad de financiarlos” para que puedan crecer por su cuenta.

Los colegios en la actualidad están atravesando una crisis de representatividad. Los profesionales más jóvenes y con más iniciativa no se sienten amparados por el modelo que proponen sus dirigentes. Nobile es muy duro con este punto: “Si yo le pregunto a un colegio que me diga en qué país del mundo está triunfando el modelo inmobiliario que defienden los dejo mudo. Es más, ¿cuál es ese modelo?“. Son muchas las cosas que hay que cambiar y una de ellas es la ley que rige la actividad que, según entiende el emprendedor, “fue creada para otro contexto económico, social y cultural“.

Otra de las críticas que Nobile les realiza tiene que ver con la comunicación institucional. “Cuando uno ingresa a la página de cualquiera de estas entidades, parece que se metiera a una página de antecedentes penales, porque lo único relevante que veo es dónde puedo denunciar al colega infractor“, dice el emprendedor, y va aún va más a fondo: “La página no me brinda un servicio, no me hace sentir parte, no me siento colega, no me dan ganas de entrar más porque siento que funciona como una pared“.

No son pocos los martilleros que piensan como él y que se organizan en redes de trabajo colaborativas. Hoy las empresas se encuentran enfocadas en comprender a los consumidores y sus necesidades y los esfuerzos y recursos son dirigidos en ese sentido. La tendencia actual va hacia estos sistemas de trabajo donde el éxito individual representa una fortaleza colectiva.

En cambio, las políticas sectoriales y los intereses de los colegios van en el sentido contrario y resultan expulsivas para la nueva generación de profesionales que tiene otra visión de la cultura de los negocios.