La madre de Milo Guerrero, el niño de dos años que falleció el pasado domingo en el barrio porteño de Parque Patricios, negó haber cometido un homicidio al asegurar que se quedó dormida al lado de su hijo y cuando se despertó estaba “morado”.
Se trata de Paula Yamila Guerrero (29), quien continúa detenida tras ser indagada vía Zoom por la jueza Nacional en lo Criminal y Correccional 3, Alejandra Provitola, en el marco de la investigación por la muerte del chico.
Fuentes judiciales informaron a Télam que la joven negó haber cometido un homicidio y afirmó que se quedó dormida con Milo al lado suyo y que cuando se despertó estaba “morado”. Según sostuvo en la declaración, luego de entrevistarse con defensor oficial, ella y la tía del niño salieron a la calle, tras lo cual un policía que estaba en la esquina los llevó al hospital.
Por el momento, Guerrero continuará detenida pese a que la autopsia concluyó que la muerte del niño fue causada por una “congestión, edema y hemorragia pulmonar” y un “edema encefálico difuso”, lo que en principio no indica para los investigadores que su fallecimiento haya sido consecuencia de un homicidio.
“Acá va a ser determinante el estudio histopatológico porque ahí se verá si el corazón estaba agrandado, los pulmones y el cerebro, que es muy importante por el tema del edema”, dijo a Télam una fuente cercana a la investigación.
El pasado 14 de enero, Nicolás Derto, padre de Milo, presentó una denuncia ante la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) para acceder a una tenencia temporal del niño y en la que “declaró su temor por la integridad de su hijo”, luego de que Guerrero fuera vista caminar con Milo “en muy malas condiciones de salud” por policías y personal del Servicio de Atención Médica de Emergencias (SAME).
Luego de dicha denuncia se estableció que el lunes 17 el niño sería entregado al padre para su guarda, tras lo cual Derto recibió un mensaje de Guerrero, el cual decía: “Reza por nosotros. Ojalá alguien nos cuide de verdad. No como vos, que golpeaste y abandonaste. Ahora te victimizas, olvídate de Milo para siempre”, dijeron las fuentes.
El hombre declaró ayer ante la justicia y, si bien no dio por seguro que su expareja haya matado a su hijo, sostuvo que recibió algunas amenazas por parte de ella en caso que le quitaran la tenencia.
Finalmente, el domingo pasado, en un domicilio situado en la avenida Caseros al 2400, Guerrero denunció mediante un llamado al 911 que su hijo de dos años no podía respirar.
Tras la muerte de Milo, la Fiscalía Criminal y Correccional 30, a cargo de Marcela Sánchez, dispuso tomarle declaración testimonial al médico que asistió al niño y el traslado de Guerrero al hospital Penna, donde quedó detenida.