Tablado recuperó su libertad y vivirá en Córdoba, pero ordenan colocarle tobillera electrónica

El asesino de Carolina Aló, fijó domicilio en Bell Ville.

Fabián Gerardo Tablado, el femicida que en 1996 asesinó de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló en uno de los casos policiales más resonantes de la historia criminal argentina, recuperó hoy su libertad tras cumplir un año de condena por violar dos restricciones perimetrales y fijó domicilio en la provincia de Córdoba, aunque la justicia ordenó colocarle otra vez una tobillera electrónica para monitorear que no se acerque al padre de la víctima.

Con anteojos, barbijo negro, camisa azul, mochila y una Biblia bajo el brazo, Tablado (45) salió a las 12.35 del Puesto 1 de la Unidad 46 del Complejo Penitenciario San Martín que el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) tiene en la localidad bonaerense de José León Suárez, donde lo esperaba su madre, María Esther Gallardo.

A diferencia de lo que sucedió en febrero de 2020, cuando salió en libertad del penal de Campana tras cumplir la condena por el crimen de Carolina, y dijo que estaba arrepentido y que le pedía perdón a “todas las mujeres”, esta vez Tablado no quiso hablar con la prensa.

Incluso, hubo algunos empujones, codazos y corridas con periodistas cuando, al traspasar el portón se apuró para subir a un Fiat Línea color champagne de un familiar.

Si bien se especulaba con que fuera a vivir otra vez a la casa de sus padres, en la calle Albarellos 348 de Tigre, donde hace 25 años asesinó a Carolina, fuentes judiciales y del SPB informaron a Télam que al salir del penal, Tablado fijó como domicilio una vivienda en la localidad de Bell Ville, provincia de Córdoba.

Se trata de la casa de la familia de su actual novia, una joven a la que conoció por redes sociales, y a la que ya había pretendido ir cuando en mayo pasado pidió una prisión domiciliaria que le fue rechazada.

Sin embargo, se espera que en las próximas horas se le coloque una tobillera electrónica, ya que el Juzgado de Familia 5 de San Isidro ordenó a la Municipalidad de Tigre que arbitre los medios necesarios para otorgar e instalar “dispositivos duales” a partir del cual se pueda cumplir la nueva orden de restricción perimetral en la que a Tablado se le impide, por 120 días, acercarse a menos de 500 metros del domicilio particular y laboral de Edgardo Aló.

Fuentes judiciales explicaron que en este caso solo a Tablado se le colocará a una tobillera electrónica para monitorear sus movimientos, y que Aló tendrá instalada una aplicación en un celular que lo alertará en caso de que el uno o el otro se acerquen.

Tablado podrá circular libremente porque cumplió sus condenas, pero el dispositivo se activará si detecta que está violando el rango de la perimetral con su exsuegro, que vive en San Fernando y trabaja en la Dirección de Migraciones de Tigre.

El crimen de Carolina Aló (17), fue uno de los casos de mayor repercusión de la historia criminal de nuestro país, en épocas en las que no existía la figura del femicidio.

Foto: Carolina Aló falleció tras recibir 113 puñaladas por parte de su pareja.

Ocurrió el 27 de mayo de 1996 en la casa de la familia Tablado, en la calle Albarellos 348 de Tigre.

Carolina estaba de novia con Tablado, por entonces de 20 años, e iban juntos a la nocturna de la Escuela 1 Marcos Sastre de Tigre.

Aquella noche, la pareja dio distintas excusas en el colegio, logró salir antes del horario de salida y fue a la casa de Tablado, donde no estaba su familia.

Luego de una discusión, Tablado persiguió a Carolina por varios ambientes de la casa -escaleras, cocina y garaje- y la mató de 113 puñaladas aplicadas con cuatro armas blancas halladas en la escena: una cuchilla de cocina, dos cuchillos de mesa Tramontina y un formón de carpintería.

El juicio se realizó en 1998 y como en aquella época no existía la figura del “femicidio”, para intentar lograr una prisión perpetua la fiscalía y la querella acusaron por la figura del homicidio agravado por alevosía.

Pero Sala III de la Cámara Penal de San Isidro condenó a Tablado a 24 años por “homicidio simple” y así evitó la perpetua. (Télam)