Pese a que las prepagas recomiendan a sus afiliados y las cámaras de prestadores a sus asociados no hacerlo, los profesionales están exigiendo una diferencia por “arancel ético”.
La situación en el sector privado de salud “se está desbordando”, aseguran las cámaras que representan a las distintas disciplinas, con los prestadores médicos cobrando “copagos” o “bonos” que según las obras sociales y las empresas de medicina prepaga no corresponden.
Asociaciones, como Cadime, la cámara que agrupa a los centros de diagnóstico médico, sostienen que la recomendación a sus asociados sigue siendo no cobrar “extras”, pero también reconocen que la situación “no da para más”; debido al atraso, los centros y profesionales empezaron a cobrar por sus servicios la diferencia entre el arancel que les reconoce la prepaga y los $6.000 por consulta que tomaron como una suerte de “arancel ético mínimo”.
Luis Moreau, directivo de Cadime, refirió una suerte de “operativo clamor” de las bases que decidieron por su cuenta comenzar a cobrar la diferencia entre el arancel que reconocen las prepagas y los $6.000 pesos que tomaron como valor mínimo por su prestación.
Si bien la posición de Cadime es que sus asociados esperen, e ir por la vía legal, los hechos van por otro lado y la Cámara se reconoce desbordada por la situación. Desde el sector aseguran que ya hay algunos centros que están cobrando extra por estudios como tomografías, ecografías y análisis de laboratorio.
“Hay una lógica contra la que no podemos ir en contra como Cámara que respeta las normas legales. Lo que llaman copago en realidad es un bono. Algunos colegios bioquímicos de provincia empezaron a cobrar un bono; nosotros le decimos bono porque es una forma de compensación a lo que no pagan las prepagas u Obras Sociales. Estamos en una crisis de arancelamiento y bregamos para que el Estado a través de la Superintendencia de Salud concerte un nuevo arancel ético. Esto no es un tema de hoy, lo que sucede es que la gota rebasó el vaso. Hace 7 años que venimos viendo retrasos de lo que perciben los prestadores respecto de las aumentos a las prepagas y a las cajas de las Obras Sociales y nosotros siempre estamos ahí, debajo”, dijo Rolando Morgensterin, del área técnica de Cadime.
Según Morgensterin, se están incumpliendo las leyes 26.682, de Medicina Prepaga, del año 2011, cuyo artículo 18 instituye la fijación de “aranceles mínimos, éticos y obligatorios”, a concertar y actualizar por parte de la Superintendencia de Salud, que no lo hace, y también la ley 23.660, de Obras Sociales, que reemplazó lo que antes era el “nomenclador INOS” (por Instituto Nacional de Obras Sociales), “pero en vez de reemplazarlo se lo emparchó constantemente”.
Según Morgensterin, el atraso de lo que cobran los prestadores es desde la pandemia cercano a un 75%, con lo que para ponerse al día deberían aumentar 300 por ciento.
Lo que cobra un prestador de una prepaga por consulta médica es entre 1.500 y 2.000 pesos, a lo sumo $3.000 en el caso de un especialista, pero si una persona va a una consulta privada debe pagar entre 10.000 y 15.000 pesos, en línea -aseguró Morgensterin- con lo que cobran los prestadores del Fonasa de Chile o el Servicio Nacional de Salud de Asunción del Paraguay. Los médicos argentinos, dijo, simplemente tratan de equipararse con lo que se está cobrando en otros países de América Latina.
De hecho, en un comunicado, Cadime comparó los valores en dólares que por diversas prestaciones médicas se cobran en Chile y Paraguay con lo que perciben los profesionales médicos en la Argentina, donde se observan enormes diferencias. Según la Cámara, mientras por una consulta médica común, en Chile el profesional médico cobra el equivalente a 15,58 dólares y en Paraguay 10 dólares, en la Argentina cobra USD 4,16 si se toma el tipo de cambio oficial o USD 2,06 al tipo de cambio CCL, que también es legal. Las enormes diferencias abarcan todas las prácticas médicas.
Por un lado, las prepagas hablan de un “desfinanciamiento total” a raíz del congelamiento de precios en las cuotas vigente hasta fines de octubre, pero por otro lado más de 30 asociaciones médicas anunciaron un nuevo “honorario médico ético mínimo” para la consulta profesional de 6.000 pesos. “Si lo que recibimos del sistema (obras sociales, prepagos, sanatorios, entre otros) es menor a este monto, la diferencia será cubierta por el paciente como un bono complementario no reintegrable”, señalan .
En el sector de la medicina prepaga dicen que en general no se cobra copago o bono, o que muy pocos médicos que lo hacen, y que no corresponde cobrarlos. No hay que pagar, aseguran las empresas del sector. Y si se paga, avisar a la prepaga por cualquier vía, incluso digital. Eso dispara el sistema de reintegros, los descuentos a los médicos que lo cobraron y posibles sanciones.
“Cuando algún socio nos comenta que le pidieron copago, nosotros informamos que no deben pagarlo, porque no corresponde. Si aún así lo pagaron y nos lo cuentan, iniciamos una gestión ante el prestador por cobro indebido. Si no lo comunican, no tenemos forma de saber si les cobran o no”, explicaron en una de las empresas más grandes del sector.
Con respecto a las devoluciones si se realiza el pago, en general las prepagar hacen el reintegro ante la presentación de la factura, al menos hasta el momento.