Fernández dará el martes su último discurso ante la Asamblea de la ONU

El Presidente arribó a Nueva York, donde desarrollará una nutrida agenda. En la Asamblea, pedirá una reforma financiera internacional.

El presidente Alberto Fernández arribó en la noche de este sábado a Nueva York para desarrollar una agenda que tendrá al menos un encuentro con empresarios y dos actividades en las Naciones Unidas, espacio desde el que aportará su mirada respecto de la agenda 2030 y, en especial, donde denunciará el peso asfixiante de la deuda sobre los países de ingreso medio y el preocupante ascenso de las expresiones de extrema derecha en Argentina y el mundo.

En los últimos días, el jefe de Estado recorrió miles de kilómetros para participar del G20 celebrado en India y del G77+China que se desarrolló en Cuba, foros nutridos por líderes con posicionamiento ideológico y geopolítico diverso, en los que ha reiterado la necesidad de reformular los organismos de crédito internacional, con especial énfasis respecto del FMI.

“En la ONU, Fernández va a reafirmar los ejes que viene desarrollando: la necesidad de una nueva arquitectura financiera mundial, un multilateralismo más concreto y realista. Además de pedir el compromiso efectivo de las grandes potencias para el desarrollo de la agenda 2030”, señaló a Télam una fuente diplomática.

Desde el inicio de su gestión, el Presidente denunció la problemática del sobreendeudamiento y, en los últimos meses, subió el tono de sus reclamos y consiguió que sean más los líderes que se sumen al reclamo.

Buena parte de ese cambio en el discurso presidencial responde a la posición “inflexible” que mostró el staff del FMI durante la última negociación que llevó adelante el ministro de Economía, Sergio Massa.

El mandatario explicó que fue él quien pidió, hace un año y medio atrás, que se pusiera una cláusula que permitiera renegociar las metas del acuerdo con el Fondo si sucedían eventos ajenos al Gobierno que complicaran la situación financiera del país: aunque la intención era estar a salvo de un posible rebrote de la Covid-19, los estragos llegaron por el aumento de los precios de la energía a causa de la guerra en Ucrania y por la peor sequía que asoló al país en los últimos 100 años.