En total son 32 personas más dos perros entrenados en la búsqueda de sobrevivientes que llegaron a Turquía el 9 de febrero.
Primero fue un rumor leve. Después se escuchó un grito claro. Los brigadistas pidieron silencio y esperaron otra señal. Entonces las voces desesperadas se multiplicaron en un idioma ajeno. Era claro que debajo de una pila de escombros aprisionados había sobrevivientes.
El equipo argentino de asistencia humanitaria enviado a Turquía rescató el pasado miércoles a una mujer joven, una adolescente y un niño de unos 8 años entre las ruinas de un edificio de la ciudad de AntioquIía, en la frontera con Siria, a 10 días del devastador terremoto de 7,8 grados que destruyó la zona.
“Fue una alegría enorme. Tenemos la moral muy alta. Esto nos da fuerzas para seguir”, dijo a TN la encargada de logística y enlace del grupo, Verónica Ayala.
La misión está conformada por Cascos Blancos (perteneciente a la Agencia Argentina de Cooperación Internacional y Asistencia Humanitaria, dependiente de la Cancillería), personal de la Brigada USAR de la Policía Federal y miembros del Sistema Nacional de Gestión de Riesgo (Sinagir).
En total son 32 personas más dos perros entrenados en la búsqueda de sobrevivientes que llegaron a Turquía el 9 de febrero.
El triple rescate ocurrió en la mañana del miércoles en el centro de la ciudad de Antioquía, en la provincia de Hatay, nordeste de Turquía y fronteriza con Siria. Se trata de la región más afectada por el sismo que dejó alrededor de 40.000 muertos en ambos países.
En un diálogo telefónico con TN desde la zona, Ayala contó que el rescate ocurrió en una de las seis manzanas en las que trabaja el grupo argentino en el devastado centro de la ciudad turca.