El actor habló en exclusiva con la Súper Mañana de la Suquía.
“Argentina, 1985”, el film dirigido por Santiago Mitre, ganó el Globo de Oro a Mejor película en idioma no inglés en la 80ma. edición de los premios entregados por la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood. Norman Briski es una de las estrellas protagonista, que interpreta a “El Ruso”, un personaje que no existió en la vida real pero que realiza grandes aportes para la evolución del guion.
“El reconocimiento para un artista siempre es un regalo, porque todas las cosas que hacemos es para que las vean. Esta película ha sido una sorpresa enorme la convocatoria que tuvo, hubo muchísimo interés de verla no sólo aquí sino en todo el mundo. Por eso este premio, como el campeonato de fútbol como diría Ricardo, se suma al exitismo que llevamos en la sangre“, comenzó diciendo el actor a la Súper Mañana de la Suquía.
A la pregunta sobre cuán importante es este premio, respondió: “De a ratos salto de alegría y por momentos me olvido. No podría consistir mi vida en sostenerme por un regalo, porque sino estaríamos en Navidad todo el año. Si el salto es de felicidad, me da la impresión de que te enseña a buscar otros saltos en otros órdenes de la vida“.
“Las cosas más importantes no están en la pantalla, sino en nosotros. A veces están cerca de uno, y pasamos de largo. Por las velocidades de hoy, no hay paisajes que aguanten. Yo prefiero ir caminando para recordar lo que voy viendo“, amplió.
¿Es tan fácil lograrlo en la vida?: “Primero, hay que sacar las adicciones que están cerca nuestro: el celular y todas las perturbaciones de poder reflexionar y meditar. Después habrá un momento muy agrio, que es el aburrimiento. Hay gente que no aguanta la angustia y vuelve. Pero si pasas esta instancia, empezás a descubrir muchas cosas que están cerca nuestro“.
“No se puede ser feliz en un estado permanente. Es un cacho de felicidad. Ahora hablando con vos me acordé de Suquía. Yo de chico iba a ese río, me acuerdo que en un momento le pusieron cisnes y gansos. Yo iba a General Paz Juniors, cruzaba las vías de tren, comía mandarinas con mi hermano, lo veíamos a Lacasia y a Ayala, era mi club, yo nadaba. Recordar también te trae felicidad. La felicidad es un momento, que no lo cambiarías por nada. Si vos estás en un lugar pensando en otro, no sos feliz“, expresó.
Finalmente, dijo: “Ser artista es ser una persona con experiencia de vida, se vincula con gente, se enoja, se ría. Y de pronto aparece una idea de escribir, leer o actuar algo. Es un hecho imaginativo“.