El sujeto es la expareja de la denunciante y padrastro de la víctima.
En el año 2020, una vecina de Córdoba capital se mudó a la ciudad de Alta Gracia tras denunciar a su expareja por presunto abuso sexual de su hija adolescente. Vejaciones que, según relató la joven, comenzaron cuando ella tenía entre ocho y nueve años.
Poco después y a pesar de tener una orden de restricción, el sujeto fue tras ambas y ahora vive a unas pocas cuadras de su casa. “Temo por la seguridad de mis hijos”, sostuvo la denunciante en referencia a los que tiene en común con el acusado.
“Cuando mi hija tenía 17 años el novio le regaló un celular y yo como mamá me opuse porque habíamos llegado a un acuerdo como familia de que ninguno de los tres mas grandes iba a tener teléfono hasta que lo decidiéramos, porque ya lo habían tenido y no habían respetado nuestras condiciones entonces se decidió eso. Mi hija discutió con él (en referencia a su expareja y padrastro de la joven) y se fue de la casa. No fue algo tan grave, fue una tontería en realidad, ella fue a la casa de su tío, mi hermano, y se negaba a regresar. Yo no estaba de acuerdo con eso porque de chica yo había sufrido abuso por parte de mi hermano, no fue algo de la magnitud de lo que sufrió mi hija pero no me generaba confianza y son heridas que cuestan sanar, entonces fui a la Justicia para que interviniera y así ella regresó conmigo a casa”, contó la denunciante a RESUMEN de la Región.
De nuevo en la casa, la mujer decidió compartir con su hija aquello que había ocultado durante años y fue ese el puntapié que le permitió a la joven abrirse y confesar su calvario.
“Le conté lo que yo había vivido, ella me miró sorprendida, me agarró la mano y me dijo ‘¿puedo hablar con vos?’ le dije ‘sí’ y me llevó a otra parte, detrás de nosotras venía él (su expareja), quien había estado escuchando todo y le dije ‘no, ella quiere hablar conmigo’, me di cuenta de que algo andaba mal y fue ahí cuando me confesó que su primera relación no había sido con su novio sino con su papá”, recordó la mujer, con la voz quebrada, a la vez que reconoció que en ese entonces aún entendía lo que sucedía. “Por un momento se me cruzó por la cabeza su padre biológico a quien no veían desde que eran chiquitos, le vuelvo a preguntar y me dijo fue papá refiriéndosé a él y me dijo no digas nada por favor”.
El acusado es un expolicía a quien retiraron de la fuerza tras algunos intentos de suicidio. Cuando la mujer radicó la denuncia en su contra por las confesiones de su hija, éste “reconoció el hecho” pero intentó salir del país. “Lo agarraron cruzando la frontera y estuvo solo dos días preso”, recuerda la madre de la víctima.
Actualmente, el sujeto también vive en Alta Gracia, a pocas cuadras de la casa de su expareja y ella teme por la integridad de sus hijos. “El ahora es pastor evangélico y sigue manipulando a mis hijos mas chicos, que son sus hijos, con el cuento de que está arrepentido, no se que es capaz de hacer y por eso pido el impedimento de contacto”, añade la denunciante.
Por último, la mujer sostuvo que en Alta Gracia le respondieron que “la denuncia radicada en Córdoba por el presunto abuso sexual no tenía relación con el derecho que los niños tenían de ver a su padre y viceversa”. “No me escuchan, cómo puede ser que con los antecedentes que denunciamos no le pusieran un límite o evaluaran si podía ver a mis hijos o no?. Siempre reclamé eso”, añade la mujer y agregó: “Lamentablemente no pude cuidar a mi hija pero ahora quiero resguardar a mis dos niños. Para algunos pueda parecer que estoy traumada pero no quiero que le pase de nuevo a mis hijos, por eso fui a alertarlo a Tribunales”, culminó.