El hecho ocurrió en la localidad de Anisacate y por el mismo hay una mujer imputada por “lesiones gravísimas”.
Marcelo Gilabert aún no se recupera de las secuelas que le dejó el feroz ataque que sufrió por parte de Alejandra, su expareja, cuando fue a retirar sus cosas a la casa que ambos compartían en la localidad de Anisacate. A un año del hecho, el hombre siente que la Justicia le dio la espalda.
Marcelo sufrió severas quemaduras que afectaron en el 35% de su cuerpo, luego de que la mujer le arrojara un balde con agua hirviendo. “Fue un hecho a traición, inesperado y un intento de homicidio”, remarcó en ese entonces la víctima, insistiendo en que la mujer debía estar presa. Así mismo eso nunca sucedió.
“Si hubiese sido al revés, yo estaría preso pero parece que cuando un hombre es la víctima, no es una prioridad”, expresó Marcelo. La imputación pasó de “Lesiones leves” a “Lesiones Gravísimas” y la causa ya fue elevada a juicio.
Sin embargo, para Marcelo todo “está planchado“. Jamás pudo regresar a su hogar porque la Justicia ordenó que quien viva en el inmueble sea su expareja, la agresora. En tanto, el se encuentra viviendo en el depósito en dónde trabaja y vive “el día a día”.
“Yo tengo que seguir mi vida, otra no me queda. Tengo que trabajar para mantener a mi hija y lo hago en el negocio de la madre de ella. Para mí ex la vida siguió normal, a mí me cambió por completo. Ella sigue libre y yo perdí hasta mí casa”, dijo en su momento el hombre, decepcionado de la Justicia.
Las lesiones son permanentes, como así también el tratamiento que debe realizar para mejorar su calidad de vía. Esto, le imposibilita a Marcelo trabajar en cualquier tipo de empleo pero debe hacerlo ya que tampoco recibe ayuda del Estado. “No existe programa alguno que asista a la víctima cuando es hombre“, agregó.
“No me queda otra que esperar a que la Justicia atienda mi caso, que me tenga en cuenta”, culminó.