La adolescente presentaba al menos 28 orificios de bala, mientras que su madre tenía múltiples heridas de arma de fuego en la zona superior del cuerpo.
Una mujer de 53 años y su hija de 15 fueron asesinadas a balazos por al menos tres atacantes que efectuaron 30 disparos en plena calle de Rosario, en lo que se investiga como un presunto doble crimen ejecutado por sicarios de bandas narcos que operan en barrios de la zona noroeste de la ciudad, informaron hoy fuentes policiales y judiciales.
Esa hipótesis se sustenta en que las víctimas eran familiares de los líderes de un clan narco que opera en esa zona, uno de cuyos integrantes fue asesinado en marzo pasado, añadieron los voceros.
El domicilio en el que fueron asesinadas sería el de una integrante de la familia, que en agosto de 2020 fue detenida en Rosario cuando iba a recibir 20 kilos de marihuana que habían sido secuestrados en la localidad de Nogoyá y enviados, bajo una entrega controlada, a su destinataria de Rosario.
A la vez, el secretario de Seguridad de Santa Fe, Claudio Brilloni, dijo hoy que “en el caso del homicidio de la mujer y su hija tenemos como hipótesis primaria, y siempre desde el punto de vista policial, la del narcotráfico o narcomenudeo”.
“De hecho, hay antecedentes en la familia por ese tema”, sostuvo el funcionario en declaraciones a la radio “La Ocho” de Rosario.
La balacera de anoche fue tan intensa que además de provocar la muerte de madre e hija de múltiples balazos, también alcanzó al perro de las víctimas, hallado muerto en el lugar.
El hecho se registró alrededor de las 23 en la calle Ugarte al 700, a pocas cuadras del estadio mundialista de hockey, en el barrio Gráfico, consignaron a Télam los voceros.
Según las primeras averiguaciones, las víctimas, identificadas como Carmen Noemi Villalba (53) y Marlén Katalina Villalba (15), se encontraban en la vereda de la casa cuando fueron atacadas a balazos por al menos tres hombres que se desplazaban en un automóvil color blanco.
Tras la balacera, en la que se efectuaron por lo menos 30 disparos, los atacantes escaparon a alta velocidad en ese mismo vehículo, junto a otro auto gris que estaba de apoyo.
Madre e hija murieron en el lugar como consecuencia de las múltiples heridas de arma de fuego que sufrieron.
Según lo establecido preliminarmente por los peritos forenses que examinaron ambos cadáveres en la escena del ataque, la adolescente presentaba al menos 28 orificios de bala, mientras que su madre tenía múltiples heridas de arma de fuego en la zona superior del cuerpo.
En la balacera también murió un perro presuntamente de las víctimas, que estaba en el lugar al momento del hecho y fue alcanzado por los disparos.
De la escena del crimen, la Agencia de Investigación Criminal (AIC) secuestró un total de 30 vainas servidas calibres de 9 y .380 milímetros y cuatro cartuchos de escopeta calibre 12/70, además de un celular que fue enviado a peritar.