Caputo le habría ofrecido una “solución de mercado” a Milei para desarmar las Leliq

El expresidente del Banco Central promueve canjear esa deuda por otros títulos públicos. Durante su breve gestión en el BCRA, implementó un plan similar.

Aunque la biblioteca está dividida y no pocos economistas y analistas del mercado consideran que “la bola de las Leliq”, como comúnmente se conoce a la voluminosa deuda que acumuló en estos años el Banco Central, no es el centro de las dificultades para poner en marcha un plan de estabilización de la economía y avanzar en la unificación del mercado de cambios, el consenso entre los equipos que aportaron a la búsqueda de un plan integral para el presidente electo Javier Milei es que resolver la cuestión es el primer paso imprescindible para avanzar en la normalización cambiaria. En paralelo, una severa política fiscal.

La propuesta que se presentó desde la consultora fundada por el ex ministro de Finanzas y también ex presidente del Banco Central, Luis Caputo, fue “muy bien recibida” en todos sus aspectos técnicos, aseguraron fuentes cercanas quienes explicaron que fue eso lo que derivó en al ofrecimiento para dejar al ex funcionario a la puerta del Ministerio de Economía. Crítico de la dolarización, como casi todos los economistas que empezaron a colaborar en el diseño del plan, ese escollo acaba de superarse tras el apartamiento de Emilio Ocampo designado en un principio como futuro presidente del Banco Central. Esa función recaería ahora sobre otro ex funcionario del BCRA, Demian Reidel. Ex integrante del equipo de Federico Sturzenegger durante su gestión en el BCRA en la presidencia de Macri, Reidel se definía a sí mismo hasta esta mañana como “desarmador de cepos”. Colegas suyos de aquellos tiempos recuerdan las visitas que Milei hacía a su despacho en el lejano 2016.

Entre ambos deberán llevar a cabo el plan para desactivar el peligro que, asumen, significan las Leliq. En los antecedentes puede encontrarse el rumbo, una idea que se planteó más de una vez: la conversión de la deuda del Banco Central en deuda del Tesoro. Ambas hoy pagan altas tasas de interés que compiten, aunque no superan, a la inflación.

Ése sería el corazón de “la solución de mercado” que impulsa Caputo, un mecanismo que él mismo aplicó durante 2018, en su breve paso por el BCRA antes de su enfrentamiento con los funcionarios del FMI que lo eyectó de la función pública, hasta ahora.

La cancelación progresiva de las deuda del Central, guiando su migración hacia títulos del Tesoro en coordinación con la Secretaría de Hacienda fue uno de los principales rasgos de una gestión que ahora se retomaría en sus rasgos central y que, presumen en el mercado, incluiría también la activa participación del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses.

El economista Iván Carrino recordó hoy que entre junio y septiembre de 2018, la breve estancia de Caputo en el BCRA, el stock de Lebacs (hoy denominadas Leliq) se redujo 30%, canjeada por bonos del Tesoro.

Tampoco hay tantas alternativas. Si querés eliminar las Leliq pero a la vez cumplir los contratos y no ir contra los derechos de propiedad sin hacer un Plan Bonex, la que queda es ofrecer a los tenedores de esa deuda otro título”, sostuvo el analista quien no descartó que esos títulos sean de algún otro organismo público (como en su momento había imaginado Ocampo con la creación de un fideicomiso) y quien redujo la cuestión, en definitiva, a una negociación. “Lo que se va a intentar no deja de ser una discusión entre el Banco Central y los bancos que operan en la Argentina. Será cuestión de tasa, también, no está claro por qué no aceptarían”, sostuvo.

En el contexto de ese plan, trascendió además la posibilidad de lograr financiamiento por unos USD 15.000 millones, el principal expertise de Caputo, aun con las dudas que genera un país con un nivel de riesgo país por encima de los 2.000 puntos. De ahí que el plan fiscal, otra vez, en sintonía perfecta con Hacienda se vuelve central en el andamiaje hacia el levantamiento de las restricciones cambiarias.

Sin el combustible de la emisión monetaria que siga alimentando la presión sobre el tipo de cambio y la vocación del público de deshacerse desesperadamente de los pesos, la eliminación del cepo cambiario es el objetivo de fondo, contra el que conspiraba la promesa de una dolarización diferida en el tiempo. En esa clave se leyó, rápidamente, el cambio de nombres para conducir la próxima etapa del Banco Central.