Salió desde su puesto en Cofico y no puede pagar un taxi hasta su domicilio en Villa El Libertador, por lo que, tras 12 horas de trabajo, desanda la distancia a pie.
Fotos e informe de Alejandro Pozo.
La historia de Matías resume el sacrificio que miles de cordobeses tienen que hacer como consecuencia del paro de transporte urbano de pasajeros. Es guardia, estuvo 12 horas trabajando en su puesto en barrio Cofico y no cuenta con ingresos para costearse un taxi hasta su casa en Villa El Libertador. Sin colectivos, no le queda otra que caminar.
“Son tres horas, lo se porque ya lo hice en otro paro”, dice Matías, que sin dudas llegará con un cansancio inolvidable tras semejante maratón.
Las paradas que atraviesa en su derrotero están vacías, hay decenas de caminantes como él en las veredas que transita, apurados porque no llegan, algunos deben sortear apenas un barrio; otros, como este guardia, se lanzan a una caminata de horas. No les queda otra.
Mientras los carriles selectivos permanecen vacíos, por los sectores permitidos circulan más automóviles de lo normal y todo tipo de vehículos: motos, bicicletas, bicimotos y monopatines.
El paro dispuesto por UTA, que no acató la conciliación obligatoria dispuesta, otra vez, pega a los que más sufren la crisis. Empatía cero.