Un enorme pozo que se abrió ante el paso de un camión en calle Arturo Orgaz en abril de 2016 aparece como una señal desatendida que con una acción concreta podría haber evitado la catástrofe actual.
La tragedia ambiental que afecta a Villa Páez y la zona tiene sin dudas muchos antecedentes, pero en los archivos periodísticos aparece uno más que notorio: un enorme bache de dos metros de profundidad que se abrió ante el paso de un camión en calle Arturo Orgaz.
Al cotejar el lugar de aquel inmenso pozo, relevado en las crónicas periodísticas del 20 de abril de 2016, con lo que encontramos hoy en el lugar, aquel episodio se convierte en un documento de lo que, con el diario de hoy, resulta premonitorio.
Con solo cotejar las imágenes de aquel bache, que se abrió con el paso de un camión que llevaba arena a la cancha de Belgrano, con el inmenso hueco que se hizo ahora para paliar la crisis del desborde de cloacas, brota en forma natural la pregunta: ¿Se hizo algo entonces para evitar lo que sucedió ahora, o simplemente se tapó el agujero como quien esconde la basura bajo la alfombra?