SUQUIA
El abuelo habló con la Súper Mañana de la Suquía.
La crisis económica que atraviesa nuestro país empuja a muchos adultos mayores a continuar trabajando, a pesar de los problemas de salud y el merecido descanso que deberían disfrutar a esa altura de la vida. Ese es el caso de Eduardo, un jubilado de 69 años que se dedica a repartir soda en su bicicleta por los barrios de Córdoba.
“Es una bicicleta vieja, de reparto de diario, que yo modifiqué con una parrilla adelante. a mi edad tendría que haber colgado los guantes, pero lamentablemente la crisis te obliga a estar en actividad. Estoy con dificultades muy serias de rodilla, que me tendría que operar, y tengo la bolsa de colostomía puesta desde hace varios años. El negocio se fue cayendo, porque hay que atenderlo bien para que sea rentable, y me fui quedando solo“, comenzó contando a la Súper Mañana de la Suquía.
Eduardo continuó: “Lamentablemente, el que compraba tres cajones ahora compra uno solo. Y el que compraba uno, ahora pide tres sodas. Yo prácticamente espero que el cliente me llame y algunos vienen a buscarlas acá. Antes fraccionaba yo, pero ahora me es más rentable solo distribuir. Ya no puedo trabajar más, estoy hecho bolsa físicamente. Lo único que tengo sano es la cabeza, porque las neuronas trabaja todavía“.
“La fábrica la tengo en venta desde hace aproximadamente seis años y pidiendo casi la misma plata. Esto vale más que un auto, porque acá recaudás. Ponés el ímpetu de trabajar con ganas y es muy rentable. Hay que tener amor por el trabajo. Yo con 69 años, le pongo amor“, agregó el jubilado.
El sodero en bicicleta contó: “Casi no puedo caminar, ando con muletas. Pero en bicicleta me he ido desde Centro América al Pablo Pizzurno ida y vuelta. Ahora me manejo con que los clientes me llamen cuando les queda una sola soda. Ya no salgo todos los días. En un día bueno, estoy repartiendo 16 cajones“.
“Dios y la bicicleta me han salvado la vida“, cerró Eduardo.