Maira Tamara Barreto había asesinado al varón y herido a la nena antes de intentar quitarse la vida en diciembre de 2022.
Maira Tamara Barreto murió producto de un shock cardiogénico tras permanecer 19 meses en estado vegetativo luego de haber intentado quitarse la vida el 4 de diciembre de 2022. Ese día, en medio de una crisis psiquiátrica, la mujer policía se había encerrado en su casa de barrio Observatorio de la capital cordobesa y había atacado a tiros con la pistola reglamentaria a sus propios hijos, asesinado al varón (10) e hiriendo a la nena (7). Luego de ello, se disparó a sí misma.
Desde entonces, la agente de 32 años y oriunda de Formosa permanecía conectada a un respirador artificial en el Hospital Ferreyra.
El caso había puesto en relieve la falta de controles psicológicos a los miembros de la Policía de Córdoba, tanto al momento de ingreso como durante el ejercicio de la función, así como la conveniencia de que los uniformados porten el arma fuera del horario de trabajo y que la lleven a su vivienda.
Cabe mencionar que la agente había entrado a la Policía tras haber sido dado de baja del Ejército por amenazar a una compañera con un fusil.
Fin de la causa
La muerte de Barreto pone fin a la causa judicial en la que estaba acusada por homicidio calificado y por tentativa de homicidio calificado, por lo que se extingue su responsabilidad penal.
El padre de los chicos, que actúa como querellante, no quiere que el caso quede en el olvido y reclama más controles a los uniformados.
El hombre está a cargo de su hija, que ya tiene 9 años y continúa con tratamiento psicológico.
Día trágico
El hecho ocurrió durante la mañana del domingo 4 de diciembre de 2022, en un departamento de un complejo de calle La Pampa en barrio Observatorio de la ciudad de Córdoba donde vivía la policía Maira Barreto con sus dos hijos. El día anterior, la mujer y los nenes habían estado en un cumpleaños.
Ese domingo, ella discutió con su ex y se intercambiaron mensajes. La conversación había subido de tono y alertó al hombre, que llegó al domicilio desesperado y se puso a hablar con ella a través de una ventana. De hecho, llamó al 911.
Al cabo de unos minutos, llegaron al lugar algunas patrullas. La mujer se encerró en el departamento y, a los pocos instantes, se escucharon balazos.
Los policías entraron por la fuerza a la vivienda y en un cuarto encontraron al niño de 10 años muerto de un disparo. Su hermanita de 7, con otro impacto de bala, fue cargada en ambulancia y trasladado hasta el Hospital de Niños, donde quedó internada en la terapia intensiva.
La agente también se había disparado y fue llevada al Hospital de Urgencias, desde donde se la derivó al Ferreyra.