Aseguran que el albañil es un “perejil” de la causa.
Los padres de la mochilera Cecilia Basaldúa (35), asfixiada y asesinada en abril del 2020 en la localidad cordobesa de Capilla del Monte, manifestaron hoy sus esperanzas de que se realice una “nueva investigación seria y responsable que conduzca al esclarecimiento” del femicidio, una vez que finalice hoy el juicio por jurados a un albañil al que consideran un “perejil” en la causa.
Al presentarse esta mañana en la última audiencia del debate que se realiza en la ciudad cordobesa de Cruz del Eje, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, padres de Vecilia, anticiparon que como querellantes no van a acompañar la acusación que pesa sobre el único imputado en este proceso, el peón albañil Lucas Bustos (25).
Bustos enfrenta cargos por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal, homicidio doblemente calificado por violencia de género y criminis causa”, que prevé como única pena la prisión perpetua.
“Bustos no tiene nada que ver; no hay pruebas en su contra. Lo instalaron como parte de la estrategia para desviar la investigación y encubrir a los verdaderos responsables”, manifestó a Télam el papá de la víctima momentos antes del inicio de la audiencia, que comenzó a las 9.50 con la lectura de los resultados de unos informes periciales.
“Se perdieron dos años pero estamos muy esperanzados con una nueva investigación que analice todos los elementos de prueba que aportamos y no fueron en cuenta”, expresó Basaldúa padre.
En tanto Reyes, la mamá de la mochilera, dijo que “no solo se tiene que investigar la verdad de lo que le ocurrió” a Cecilia sino también “a todos los que encubrieron, los que saben y silenciaron y los que desviaron la investigación”.
Cecilia Basaldúa, residente en la ciudad de Buenos Aires y quien en 2015 integraba la Selección Argentina de Hockey sobre Hielo, integró la comitiva para participar del los Panamericanos en México y, a concluir la competencia, se quedó en ese país para luego recorrer, por cinco años, otros destinos americanos.
En 2019 regresó a la casa de sus padres, en el barrio porteño Núñez, y pasó las fiestas de fin de año y vacaciones con su familia.
En marzo, en el inicio de la pandemia del coronavirus, se trasladó a Capilla del Monte, para instalarse en esa localidad al pie del cerro Uritorco para comenzar a escribir sobre las experiencias de esos viajes.
El 5 de abril fue vista por última vez y fue encontrada sin vida 20 días después, el 25 de abril, en una zona rural de Capilla del Monte, cercana a la ruta nacional 38 y a unos 500 metros del rio Calabalumba y en las proximidades de la vivienda del imputado Bustos.
Para la fiscal Kelm, “en fecha y hora que no se ha podido determinar con exactitud, pero comprendida entre las 23 del 5 de abril y el 15 de abril” de 2020, “en lugar tampoco determinado con exactitud”, Bustos “se habría encontrado con Cecilia, que caminaba por el lugar, y mantuvo una conversación acerca de caballos”.
En ese lugar, Bustos “doblegó a la víctima” para luego someterla sexualmente y asfixiarla, estimándose que “la asfixia ha sido la causa eficiente de la muerte” de la mochilera, de acuerdo con la acusación fiscal.