Familiares de Cesar Moreno desmienten una muerte natural y hablan de una golpiza mortal.
La muerte de un interno del penal de Bouwer vuelve a poner bajo la lupa al servicio penitenciario y sus agentes. En las últimas horas, denunciaron que un preso falleció tras una “sesión de tortura” y pidieron la intervención de la Justicia y el Organismo de Derechos Humanos.
Cesar Moreno estaba alojado en el módulo MD1 y, según sostiene la familia, estaba aislado en una celda y con medidas de sujeción tras había mantenido un enfrentamiento con algunos guardias. El interno, al parecer, había golpeado a uno de los agentes y, como consecuencia, había sido apartado y “atado de pies y manos a una cama”.
Lo que denuncian es que el hombre fue golpeado de manera salvaje y que, luego de varias horas amarrado a una cama, lo desataron para regresarlo a su celda. Habría sido allí cuando Moreno se descompensó y entró en paro; minutos mas tarde falleció.
Hasta el momento el Servicio Penitenciario no ha emitido comunicado al respecto. En tanto, la familia del interno pidió que se investigue a fondo las causas de la muerte.