Uno de los oficiales recibió una pedrada en el ojo, por lo que debió ser trasladado al Policlínico Policial.
Todo comenzó en Ramón Ocampo al 900 de la ciudad de Córdoba, cuando los delincuentes roban un auto que estaba estacionado en la vía pública y emprenden la fuga. Acto seguido, la Policía es alertada del hecho y empieza a perseguir a los ladrones.
A la altura del barrio Campo de la Ribera, los malvivientes abandonan el vehículo y comienzan a correr calles adentro. Los uniformados logran detener a uno de ellos, pero fueron brutalmente atacados a pedradas y todo tipo de objetos.
Uno de los uniformados recibió una pedrada a la altura del ojo y, si bien se encuentra estable, debió ser trasladado al Policlínico Policial.