El artista deleitó a los presentes con un show impecable de más de dos horas y puso la nota perfecta de una noche excelente con grandes momentos. La crónica de lo que se vivió este lunes en Cosquín.
Indudablemente la presencia de una figura estelar como el Chaqueño Palavecino en un festival es sinónimo de éxito en convocatoria, sin embargo, y pese a su arrolladora presencia y la contundencia de su show, su presencia en la noche del lunes en Cosquín fue el cierre perfecto de una luna por demás emotiva.
Quienes lo antecedieron combinaron perfectamente las canciones para bailar, corear y sonreír, con momentos de reflexión y reivindicación histórica.
La noche comenzó impecablemente con el homenaje de Los 4 de Córdoba al Brigadier Juan Bautista Bustos.
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Luego “Por siempre Tucu” el dúo de Roberto Pérez y Coco Martos, con un repaso por las canciones inoxidables de aquellos Tucu Tucu que hacían vibrar a la plaza. El invitado sorpresa fue Germán “Cóndor” Sbarbati, la voz de La Bersuit, que acaba de sacar su propio disco cantando folklore, y se sumó sobre el final para hacer “Luna Tucumana” y “Candombe para el Negro José”.
Luego sería el turno de la Delegación de la provincia de Salta, que con un despliegue de más de cien bailarines en escena reivindicaron a la mujer argentina, destacando el impresionante malambo femenino.
Desde Neuquén, Maribel Berbel junto a sus hijos Traful y Ayelen, trajo los sonidos de la Patagonia, en canciones alegres y de suave melodía, para terminar con “Amutuy Soledad”.
Las emociones, comenzaban a ponerse a flor de piel con el arribo de Adrián Maggi, Consagración Cosquín 2020, que inició con una canción dedicada a los 44 héroes del Ara San Juan, y cerró su poema para los veteranos de la guerra de Malvinas, llamado “2 de abril”.
La fiesta, llegaría con la llegada de Los Nombradores del Alba, Nacho Prado, Daniel Campos y Facundo Toro, quienes presentaron parte de su nuevo repertorio y además los clásicos como“Zamba para Olvidarte” y “La muerte del carnaval”.
Ya palpitando el gran cierre con el Chaqueño, Los Carabajal hicieron lo que mejor saben hacer desde hace más de 50 años, y le pusieron ritmo de chacarera a la noche. Además, recibieron el Camín de Oro por la trayectoria.
A las 2 de la mañana, y en el punto máximo de la noche, llegó el artista más esperado. Al grito de “Chaqueño, Chaqueño!” la multitud lo aclamó hasta que apareció en escena.
El cantor salteño fue el encargado de darle cierre a la tercera luna, con su acostumbrada maratón de canciones clásicas, y un dialogo permanente con su público, ratificando una vez más su conexión con la gente. “Lo lindo es que me dan las llaves para cerrar la plaza” tiró a modo de chiste hacia la mitad del show, y promediando las 3 de la mañana. Todavía faltaba más, de un repertorio que tuvo de todo: chacareras, zambas, huaynos, gatos y hasta una marinera peruana y una cueca chilena.