El papá de Solange, a quien le negaron despedirse de su hija con cáncer terminal en plena cuarentena, se mostró indignado por el cierre de la causa de la fiesta de Olivos.
El 16 de agosto de 2020, a Pablo Musse no lo dejaron entrar a la provincia de Córdoba para ver a su hija Solange que se encontraba en Alta Gracia en estado muy delicado. Esto, por un «resultado dudoso» en el control sanitario.
No sólo le prohibieron la entrada en la frontera de Huinca Renancó, sino que lo mandaron de vuelta, escoltado por ocho patrulleros de tres provincias distintas (La Pampa, Río Negro y Neuquén), sin parar en las diez horas de un viaje estresante, en el que lo acompañaba Paola, su cuñada discapacitada. Cinco días después Solange murió y sólo horas mas tarde un nuevo test reconfirmaba que el hombre nunca había tenido Covid.
El caso causó indignación y tuvo repercusión a nivel nacional. Hubo efectivos policiales y hasta del COE investigados e imputados por su accionar pero jamás de llegó a buen puerto y la pelota fue pateándose de jurisdicción a jurisdiccion.
A poco de cumplirse dos años del hecho y tras la confirmación de que el presidente Alberto Fernández pagará una especie de multa por la polémica fiesta en Olivos, Pablo volvió a hablar y se mostró indignado.
“Es un sinvergüenza, porque otra cosa no es. En este caso la justicia no tiene que ser igual para todos, estamos hablando del que nos dictó el DNU, lo rompió y nos mintió. Pero la Justicia es eso, con un poco de plata lo arreglas”, apuntó el hombre y agregó: “Que vaya a juicio por mal desempeño de funcionario público porque es el presidente, no es una persona común”.
Una burla judicial
El caso de Solange estuvo repartido a nivel nacional, porque se estimaba que eran varias las provincias que habían intervenido en el fallido caso. Entonces, al principio estuvo en la Cámara Federal. Sin embargo, un juez entendió que el obstáculo había sido en Córdoba por lo que lo pasó a la órbita provincial para que ésta lo investigara.
Poco tiempo pasó para que desde allí, resolvieran que quien debía tomar partido del caso era el fuero federal y lo trasladaron a Rio Cuarto. Aquí, hubo cuatro imputaciones que involucraron al mismo COE y hasta a policías. Pero, lejos de avanzar, este juzgado volvió a cuestionarse si eran o no los en encargados de analizar la causa y decidieron regresarla a la Cámara Nacional. Pasaron meses y la novedad es que la pelota volvió a rodar. Desde allí, regresaron el caso una vez mas a la Justicia cordobesa para que la investigue. Sí, otra vez al Juzgado de Huica Renancó, en donde al parecer permanece dormida hasta hoy.