Todo ocurrió alrededor de las 6.30 cuando acompañaba a su hijo a tomar el colectivo, a una cuadra de su casa.
El hecho ocurrió alrededor de las 6.30 de esta madrugada, a una cuadra de donde la víctima, identificada como Juan José Alajarín (59), residía junto a su familia.
Un oficial retirado de la Policía de la Ciudad fue asesinado este lunes de al menos dos balazos en el tórax al ser asaltado por dos “motochorros” que intentaron robarle cuando acompañaba a su hijo a tomar el colectivo en la localidad bonaerense de Glew, partido de Almirante Brown, informaron fuentes policiales.
Según las fuentes, dos efectivos del Comando de Patrullas de Almirante Brown que recorrían la zona en tareas de prevención fueron alertados por un llamado al 911 sobre unos disparos producidos en esas calles donde habría un hombre malherido, por lo que se trasladaron hasta allí.
Una vez en el lugar, los policías hallaron a Alajarín tendido en el suelo y baleado; al tiempo que se entrevistaron con el hijo de 23 años de la víctima que les contó que su padre lo acompañaba a tomar el colectivo cuando fueron abordados por dos “motochorros” en un rodado negro.
De acuerdo al joven, los asaltantes los amenazaron con fines de robo, ante lo cual, Alajarín intentó defenderse con su arma, una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros. En esas circunstancias, el policía retirado recibió al menos dos impactos de bala en el tórax efectuados por uno de los delincuentes, que escapó con su cómplice sin concretar el robo.
“No le dieron tiempo (a identificarse como policía). Él defendió a su hijo. Lo único que le interesada en ese momento”. contó esta tarde a la prensa la esposa de la víctima, de nombre Andrea.
Las fuentes señalaron que el hijo de la víctima indicó que los “motochorros” escaparon por la calle Craig hacia Monroe y en dirección a la vecina localidad de Guernica, por lo que los efectivos fueron a buscarlos por las inmediaciones, aunque sin resultados positivos.
A su vez, personal de una ambulancia del Servicio de Atención Médica de Emergencias (SAME) arribó a la escena del crimen y constató que Alajarín estaba muerto a raíz de las heridas sufridas.
A su vez, el hijo de la víctima entregó a los policías bonaerenses la pistola de su padre, la cual tenía siete municiones intactas en su cargador. En tanto, un transeúnte les acercó a los efectivos una mochila que había encontrado tirada y que contenía distintos objetos personales y de valor.
Una de las hipótesis que manejan los investigadores que todos estos objetos habían sido robados por los “motochorros” y que estos los descartaron en la huida.
El crimen de Alajarín generó consternación en el barrio donde varios vecinos se salieron esta tarde a la calle a exigir mayor seguridad, entre ellos, la propia esposa de la víctima.
“Lo único que pido es justicia por mi marido y que respeten el dolor de la familia. Él era una persona buenísima. Que le pase esto es muy injusto. No puedo creer que ya no tengo más a mi marido”, expresó la mujer.