Ya son 9 los detenidos en la causa, y se espera que haya más miembros de la fuerza involucrados.
Todo comenzó en diciembre pasado, cuando unos clientes se acercaron al estudio jurídico de la abogada Eugenia Zulberti en el centro de Córdoba para reclamar el segundo pago de los intereses de una inversión en dólares. Tras encontrarse con una respuesta negativa, los damnificados protagonizaron una pelea a las trompadas en las oficinas.
Los protagonistas son miembros de la Policía de Córdoba que habían recibido el primer desembolso, pero no podían cobrar la segunda parte. Cuando las autoridades llegaron al lugar a frenar la violenta trifulca, las víctimas decidieron revelar toda la verdad y los detalles llegaron a oídos de la División Delitos Económicos y a la fiscalía de turno, que conduce José Mana.
En casa de herrero…
La información que llegó al Fiscal era clara: un grupo de policías había estafando a decenas de miembros de la fuerza con el cuento de las inversiones piramidales, por una cifra millonaria. A partir de allí, comenzó una investigación ultracerrada para que no filtrara nada, ya que la mayoría de los involucrados estaban en actividad.
Con el transcurso de la causa, la pesquisa se fue consolidando, principalmente por las escuchas telefónicas a los sospechosos y la aparición de más víctimas.
¿Cuál es el colmo de un policía?
Finalmente, este martes el fiscal Mana ordenó la detención de nueve personas: 7 policías, la abogada del estudio jurídico donde se produjo la pelea y un contador. Entre los uniformados, algunos de ellos retirados, destaca el comisario Héctor Juncos.
Todos quedaron imputados por los supuestos delitos de asociación ilícita y estafas reiteradas.
Modus operandi
La banda delictiva habría estafado a policías y a familiares de éstos, ofreciéndoles realizar inversiones en dólares y pesos a cambio de obtener, tras un plazo determinado, ganancias desproporcionadas.
Para la Fiscalía, una de las cabecillas de la organización es la abogada Eugenia Zulberti, quien supo trabajar en la Policía de Córdoba y fue despedida años atrás. Ella trabajaba con un contador de apellido Moreno.
Hasta el momento, se registraron 30 damnificados, aunque el número podría llegar a 60.
Entre fantasmas, no nos pisemos la sábana
Según la Fiscalía, la banda funcionaba dentro de la Policía, obviamente sin autorización oficial, como “un círculo de inversiones”. Sólo podían ingresar los miembros de la fuerza o familiares directos a ellos, pero bien cercanos. Tenían que realizar un depósito en dólares o pesos argentinos. Aunque no había monto fijo, debía ser un número importante.
A cambio de eso, les ofrecían una insólita ganancia: un interés que rondaba entre el 30 y 40 por ciento. Esto llevo, por ejemplo, a que uno de los damnificados vendiera su auto e invirtiera todo el dinero, que no volvió a ver nunca más.
Hasta el momento, se relevó que la maniobra delictiva supera los 30 millones de pesos.
Esquema Ponzi
Las “inversiones piramidales” o el esquema Ponzi son consideradas por la Justicia una maniobra de engaño para cometer estafas.
¿Cómo funciona? Una persona o líder convoca a otras dos para que realicen una inversión monetaria con la primera de obtener una ganancia tras un plazo determinado. Esas dos, a su vez, deben invitar a otros interesados a que realicen el mismo proceso. De esta forma, se va consolidando una suerte de estructura piramidal.
¿Por qué es una estafa? El problema consiste en que los involucrados creen que el dinero que invirtieron es utilizado por fuera de ese círculo, en actividades comerciales legítimas, para generar las ganancias que le son retribuidas, cuando en realidad lo que perciben es lo que fueron aportando los nuevos afiliados.
¿Cuándo explota? La pirámide se cae cuando los inversionistas comienzan a pedir el reintegro de sus aportes y se dan con que el dinero disponible no es suficiente para pagarles a todos, porque se fue entregando en concepto de ganancias a los que están más arriba en la estructura. Generalmente, los organizadores abonan el primer pago, pero no llegan a realizar el segundo, que es cuando se descubre la estafa.