Para sostener una familia tipo, el empleado requiere de, al menos, un 25% adicional de ingresos en términos reales.
Según un estudio realizado por la Bolsa de Comercio de Córdoba, tener trabajo en blanco no alcanza en la Argentina, desde hace tiempo, para escapar de la línea de pobreza. La inflación va deteriorando el poder de compra. Ese es uno de los factores -no el único- por el que muchas personas buscar mejores oportunidades en otros países.
Con datos al primer semestre de este año, el salario mediano de los trabajadores formales jornada completa estaba 23% por debajo de los recursos necesarios para solventar el costo de vida de una familia tipo (dos adultos y dos niños). Hace 11 años, ese valor excedía en 33% el costo de vida de ese grupo familiar.
Los datos corresponden a un análisis en función del valor mediano del ingreso, es decir la mitad de la población gana más que ese valor y, la otra mitad, menos.
La caída de los ingresos se registró para trabajadores de todos los niveles educativos (Gráfico 1). Mientras que en 2010 el trabajador mediano con título universitario superaba en casi 80% el costo de vida de una familia tipo, aquel con bajo nivel educativo ganaba 13% más que lo que necesitaba para sostener ese grupo.
Este año, al menos la mitad de los ocupados formales de todos los niveles educativos no alcanzan a sol-ventar con sus ingresos el costo de vida de un hogar de cuatro personas y continúan siendo los más perjudicados aquellos con menos educación.
Los datos muestran que se achicaron las diferencias de ingresos entre trabajadores de distintos niveles educativos, lo que implica que los retornos a invertir en educación superior se habrían reducido. Una sociedad justa no solo debiera brindar igualdad de oportunidades sino también permitir que quienes inviertan en educación reciban un esfuerzo a cambio; los datos presentados sugieren que en Argentina esa retribución al mérito parece debilitarse con el tiempo.
Lo preocupante de la situación del mercado laboral local se cristaliza en la comparación internacional. La mediana del salario formal de los asalariados de jornada completa, medido como porcentaje del costo de vida de una familia tipo, es inferior comparado con mercados de destino de emigración como Chile, España y Estados Unidos (Gráfico 2).
A fines del 2020, mientras que la mayoría de los ocupados formales de esos países ganaba lo suficiente para solventar el costo de vida de una familia tipo, más de la mitad de los trabajadores argentinos con la misma inserción ocupacional recibía un salario inferior al necesario para ese fin.
Los factores señalados y las débiles perspectivas del mercado laboral local podrían explicar el por qué, de acuerdo a encuestas privadas, cada vez más personas estén considerando buscar trabajo en otros países. La pérdida de capital humano es otra de las consecuencias de las deficiencias en la política pública.