Se trata “de un incremento exponencial que no se daba desde la denuncia de Thelma Fardín por violación contra Juan Darthés”, dijo la directora del programa “Las Víctimas contra las Violencias”.
La difusión que tuvo el caso del niño Lucio Dupuy, de cinco años, quien falleció en un hospital de La Pampa a raíz de las heridas recibidas presuntamente por su madre y su pareja, motivó que las denuncias por maltrato a la niñez al programa del Ministerio de Justicia de la Nación se multiplicaran en un 73% en los últimos cinco días.
La psicóloga especializada en maltrato infantil y directora del programa “Las Víctimas contra las Violencias”, Eva Giberti, dijo a Télam que se trata “de un incremento exponencial que no se daba desde la denuncia de Thelma Fardín por violación contra Juan Darthés” y aseguró que “cada vez son más los chicos que se animan a denunciar”.
“Son denuncias hecha por sus protagonistas, o por vecinos del mismo barrio o por niños que aseguran que un familiar suyo es abusado. Acá las víctimas son absolutamente ingenuas e inocentes y no pueden hacer nada para defenderse”, destacó Giberti.
La conmoción por el asesinato del nene de 5 años trascendió las fronteras de La Pampa al ser descubiertos todo tipo de golpes, quemaduras de cigarrillo, mordeduras y abusos sexuales que databan de años.
Las acusadas son su madre Magdalena Valenti y su novia Abigail Pérez y, tras la autopsia, se descubrió que el niño tenía heridas de vieja data y que la causa de la muerte fue por hemorragia interna a raíz de un golpe, presuntamente provocado por una de las tantas palizas que recibía.
“Los sistemas de protección hacia los niños están fracasando ante situaciones como esta, porque la escuela y el barrio tendrían que haber estado viendo lo que pasaba. En esos sistemas hay varias cosas que no funcionan bien, protocolos hay, esta el síndrome del niño golpeado que es típico, pero aquí tenemos a dos perversas que se ocupaban placenteramente de golpearlo”, refirió Giberti.
Para Giberti lo que ocurrió después de la difusión de este hecho lamentable es que se haya superado en un 73% la media de denuncias que recibimos y aseguró que “cada vez más son chicos de 7, 8, 9 y 10 años los que se animan a denunciar en la línea 137”.
Esta vía totalmente anónima es utilizada por los niños mediante los llamados por WhatsApp “y no sólo llaman para denunciar el maltrato o abuso que reciben sino que también lo hacen cuando se enteran de que por ejemplo una tía es abusada”, destacó la profesional.
Entre los meses de octubre de 2020 y septiembre de 2021, las consultas recibidas por el Programa a través de la Línea Nacional 137 y la línea de WhatsApp fueron 15.118, para un total de 20.520 víctimas (pueden existir más de una víctima por consulta), de las cuales 9.989 fueron niños, niñas y adolescentes.
En la cuarentena los llamados a la línea 137 por violencias intra familiares y/o sexuales aumentaron un 20% respecto al mismo período de 2019. La cantidad total de niñas y niños que sufrieron estos tipos de violencias se incrementó un 23%, mientras que hubo un aumento del 28% en violencia familiar y del 13% en violencia sexual.
En tanto, la cantidad de chicos y chicas que fueron violentados/as en el entorno digital, lo que incluye principalmente al grooming y la utilización de imágenes en pornografía, creció un 267%”.
“Lo novedoso e impresionante que vemos este año es como los chicos llaman. Tenemos una perversión que aumenta, pero también tenemos gente que se ocupa. Los que denuncian los niños son las situaciones de maltrato y las cuentan a las operadoras con mucha valentía”, dijo Giberti.
Pero el hecho de que los adultos no denuncien un hecho de maltrato tiene que ver “por un lado con la naturalización de la violencia y por el otro con el no registro del chico como persona sujeta de derechos: La invisibilización del niño es un fenómeno que ocurre en toda América Latina”, remarcó Giberti.
“Tampoco la Justicia los ve como personas -dijo la especialista- , hay mucha legislación en favor de los chicos pero los que tienen que intervenir no los ven como personas”.
Y explicó que, en este contexto, “los medios juegan un papel fundamental. Pese a lo terrible del hecho sufrido, los chicos cuando llaman a la línea 137 no tienen reparos en decir su nombre, donde viven y asombra que ellos mismos digan que fueron abusados”.
Por otra parte, Giberti consideró que la legislación que hay en la Argentina en la materia “es aceptable”, pero dijo que los responsables de llevar justicia “tienen que estudiar y escucharnos a los psicólogos que estamos en el terreno. La Justicia no sólo es machista, sino fanáticamente patriarcal”.
Y esto, concluyó, “incide en el juzgamiento de los casos de maltrato y abuso infantil, por eso cuesta tanto conseguir que un abusador de niños vaya preso. La tendencia es que una vez que se consolida la denuncia, cuenten con la simpatía de mucha gente de la Justicia”. (Télam)