El candidato de la alianza Acción Democrática Nacional (ADN) se impuso con el 52,3% de los votos sobre el 47,7% de la postulante de Revolución Ciudadana (RC).
AGENCIA TÉLAM
El empresario Daniel Noboa se impuso en la segunda vuelta de este domingo de Ecuador y se alzó con la presidencia, por lo que completará el mandato de Guillermo Lasso y se convertirá, además, en el jefe del Estado más joven en la historia del país.
Con una breve participación en política -apenas dos años como asambleísta-, Noboa conseguía 52,30 % de los votos, escrutado 92,98% de las actas, y se quedó de esa manera la jefatura del Estado, el objetivo que nunca pudo cumplir su padre, considerado uno de los hombres más ricos del país y con cinco derrotas en las urnas.
La correísta Luisa González, de Revolución Ciudadana (RC), en tanto, sumaba 47,70% de los sufragios y su derrota era irreversible.
De hecho, la propia González expresó sus “felicitaciones profundas” a Noboa, “porque esto es la democracia”.
“A los que no votaron por nosotros, también nuestras felicitaciones, porque votaron el ganador; nunca llamamos a incendiar una ciudad y nunca gritamos fraude”, dijo la candidata derrotada en su primer discurso tras los comicios, y aseguró que se proponía llamar por teléfono a Noboa para “felicitarlo”.
Un rato más tarde, el presidente electo se manifestó en la red X: “Hoy hemos hecho historia, las familias ecuatorianas eligieron el nuevo Ecuador, eligieron un país con seguridad y empleo”, dijo.
“Vamos por un país de realidades donde las promesas no se queden en campaña y la corrupción se castigue; gracias, Ecuador”, agregó.
El resultado, de alguna manera, marca una revancha tardía: en 2006, el magnate Álvaro Noboa le ganó la primera vuelta a Rafael Correa, pero en la segunda el triunfo le correspondió al ahora expresidente; esta vez, un Noboa le ganó a la elegida por Correa para encabezar la fórmula de RC.
Noboa asumirá en diciembre -no está resuelta la fecha- y tendrá un cuadro por demás complejo: a los inéditos índices de inseguridad se le suma un difícil cuadro socio-económico, con altos niveles de pobreza y desempleo.
Para peor, la Asamblea Nacional (AN, parlamento) repetirá una característica de los últimos legislativos del país: una marcada fragmentación, en medio de la cual el futuro presidente tendrá una bancada muy menor, lo que lo obligará a negociaciones y la búsqueda de consensos.
De las 137 plazas, el correísmo tendrá alrededor de 50 -la cifra final se resolvía este domingo, con los escaños de los residentes en el exterior-, el Movimiento Construye 28, ADN 13 y los socialcristianos 14. Pero estos últimos anunciaron que respaldarán las políticas del futuro Ejecutivo.
“Será clave ver en las primeras semanas cómo va a relacionarse Noboa con la AN; ya tuvo un mérito en no entrar en la confrontación directa y mostrarse como lo nuevo”, evaluó esta noche, con el resultado ya puesto, el analista César Febres Cordero en el canal Teleamazonas.
Apenas empezaban a conocerse los resultados oficiales y se avizoraba la ventaja del empresario, miles de sus seguidores comenzaron a concentrarse en algunas de las plazas de las ciudades más grandes.
El ganador, en tanto, esperó los resultados en una enorme residencia frente a la playa en Olón, Santa Elena, donde desde temprano se vivió un ambiente festivo a pesar de una ocasional llovizna, con música en vivo en una tarima.
Noboa gobernará Ecuador por alrededor de 17 meses hasta terminar el periodo presidencial de Lasso, quien disolvió el Congreso y llamó a elecciones anticipadas para esquivar lo que parecía una segunda destitución en un juicio político por corrupción.
Si la campaña previa a la primera vuelta estuvo marcada por la violencia, las amenazas, los atentados a candidatos y los motines en las cárceles, con el pico de gravedad en el crimen del entonces candidato Fernando Villavicencio tras un acto en Quito, las semanas previas a esta segunda vuelta también se vivieron en idéntico clima de terror.
González y Noboa debieron usar chalecos antibalas y excesivamente fueron protegidos por militares en sus apariciones públicas, fue asesinado un fiscal y secuestrada una exalcaldesa y varios de los sicarios que mataron a Villavicencio aparecieron ejecutados en la cárcel de Guayas I, donde estaban detenidos.
Ecuador, que tiene su frontera terrestre compartida con Perú y Colombia -los dos principales productores de cocaína a nivel mundial-, se convirtió en los últimos años en una base de operaciones de carteles de droga extranjeros y locales que imponen un régimen de terror con matanzas, secuestros y extorsiones.
La política de seguridad fue central entonces en las propuestas de los aspirantes a Carondelet: Noboa dijo varias veces que el desarrollo socioeconómico es clave para la reducción de la violencia, cuestionó el enfoque “principalmente punitivo” y anunció que promoverá la prevención y la rehabilitación de los delincuentes.
Pero también mencionó la necesidad de fortalecer el sistema judicial y las fuerzas de seguridad, a la saque, además, pretende capacitar.
La decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de anular la votación en el exterior y repetirla para asambleístas tiene impacto directo en la asunción de Noboa, porque hasta que no se termine ese recuento no se podrá instalar oficialmente la nueva AN y mientras eso no pase tampoco puede asumir el nuevo mandatario.
Por lo pronto, hay dos fechas resueltas: el 8 de diciembre recibirán sus credenciales los futuros asambleístas y el 11 Noboa y su compañera de binomio, Verónica Abad, que podrían jurar alrededor del 20 de ese mes.
Con los rivales de este domingo todavía en silencio, las primeras repercusiones fueron de dirigentes fuertemente enfrentados con el correísmo: “Como lo dije hace pocos días: por el grave daño que le hicieron al Ecuador, el correísmo no volverá al poder nunca más”, dijo el exmandatario Lenin Moreno, y el exvice Otto Sonnenholzner felicitó a Daniel Noboa y advirtió que a los locales les “urge que su gestión sea realmente exitosa, así que la responsabilidad que recibe es inmensa y el desafío aún mayor”.