Diez guardias del Servicio Penitenciario, todas mujeres, fueron detenidas tras ser acusadas de participar en una golpiza contra un interno trans alojado en la cárcel de Bouwer de la provincia de Córdoba, un hecho que generó conmoción y motivó la intervención judicial inmediata.
Según la denuncia, la agresión habría ocurrido dentro de un pabellón y habría incluido golpes reiterados, por lo que las autoridades activaron protocolos internos, ordenaron la detención de las agentes y pusieron el caso en manos de la Justicia.
La Fiscalía analiza cámaras de seguridad, testimonios y condiciones del penal para determinar responsabilidades, mientras organizaciones de derechos humanos acompañan a la víctima y siguen de cerca el avance de la investigación.



